8 escenarios incómodos con alternativas de solución.
Las cosas no siempre salen según lo planeado. Que no cunda el pánico, puedes mantener la perspectiva con algunas alternativas que aquí dejo reflejadas para navegar todos los momentos críticos.
Cuando sucede algo difícil y terminas sintiéndote más abrumado o superado por la situación, esto puede llevarte a pensar que el resto de tu día, semana fin de semana o incluso vacaciones se vayan al traste.
Es normal experimentar emociones negativas, esto no es ni bueno ni malo, simplemente aparecen de manera automática cuando se dan este tipo de escenarios donde las cosas no van como uno esperaba. Son emociones que te dan información, además muy relevante, y que en vez de dejar llevarte por ellas, que es lo habitual, por nuestro piloto automático, lo suyo sería observar el patrón de comportamiento.
Qué te ha llevado a sentir esa emoción negativa, cómo estás reaccionando y cuál sería la mejor manera de responder para que la situación no fuera a mayores y dejarla gestionada o resuelta cuanto antes.
Pararte a observar y escuchar esas emociones que están surgiendo en ese momento, tales como enfado, frustración, irritabilidad…pueden ayudarte a tomar acción y responder para poder cortar lo antes posible ese pico de estrés que te ha producido dicha situación y seguir adelante.
Es por eso que tener un conjunto de tácticas resolutivas es clave para abordar problemas sean de la índole que sean.
A continuación comparto a través de este post unas cuantas alternativas y de rápida aplicación sobre cómo tener una actitud más optimista, incluso en las circunstancias más frustrantes.
1) Se acerca la fecha límite pero no te sientes con energía como para dejarlo hecho!
Cuántas veces nos toca lidiar con los famosos deadlines, o fechas límite, que se hacen hueco en nuestro calendario o agenda…pero notas que te falta la energía y la concentración suficiente como para ponerte cuanto antes a ello y dejarlo hecho.
Revitalízate: muévete. Tiempo: 5 minutos
Cómo: Tu impulso inicial puede ser posponer las cosas, y es posible que surjan en tu mente mil excusas antes que ponerte a ello. El problema es que la energía baja genera energía baja.
A una persona que está activa, le cuesta la mitad o menos, seguir haciendo cosas que le mantengan activa…todo lo contrario a una persona que no tiene la energía alta y que está menos activa…porque le costará el doble.
Así que la mejor opción para tener una energía óptima para hacer un deadline o fecha límite es activarse físicamente, aunque sea un poco. Esa es una de las mejores maneras de darle un respiro a tu mente y cambiar tu estado emocional para que puedas afrontar la entrega que tienes por delante.
Hay algo excepcionalmente revitalizante en salir a caminar al aire libre o hacer un par de estiramientos, pero todo lo que básicamente se necesita hacer es ponerse de pie y activar tu cuerpo a través del movimiento. Se ha demostrado a través de diversas investigaciones, incluso, que la actividad rutinaria, aunque no sea ejercicio per se, disipa la sensación de aburrimiento o incluso temor.
2) Algún tema está consumiendo tu preocupación y esto te produce un desgaste emocional.
Rebobinar: Escribirlo. Tiempo: de 5 a 20 min.
La preocupación que ronda por tu cabeza, puede apoderarse de tu mente y arruinarte un día entero, un fin de semana, o incluso unas vacaciones. Es más, puede hacer que no pegues ojo durante noches y noches.
Una estrategia para minimizar esas preocupaciones que no te permiten desconectar: escríbelas.
Esto puede ayudarte a rebajar la intensidad de tus preocupaciones mucho antes de tener que irte a la cama. El tiempo total de esta actividad debe ser por debajo de los 20 minutos y no lo haga demasiado cerca de la hora de ir a acostarse. Ayúdate de un temporizador y después de que se apague, haz una transición a una actividad que sea más agradable y centrada en el momento presente.
3) Una pila de temas pendientes pequeños se está acumulando y la lista no para de crecer.
Distráete: Encuentra una salida. Tiempo: 10 min.
Cómo: cuando sucede una cosa molesta tras otra, puede parecer que todo va mal.
Interrumpe ese patrón al distraerse con un estímulo rápido que sepas que funciona
Haz algo que te dé una pequeña ganancia rápida. Podría ser una actividad que te encante o en la que seas especialmente bueno, esto hará que tu mente desconecte de esa red por defecto de preocupación en la que se encuentra inmersa. Crear un impulso de confianza hará que tu atención se desplace de lo negativo a lo positivo.
4) Tus peques tienen el día…y se está agotando tu paciencia
Coge aire: Busca la manera de estar a solas. Tiempo: 15 min.
Cómo: Planifica un tiempo para un breve paréntesis para volver a reconectar con una actividad que solías hacer y que te gustaba antes de tener hijos. Eso puede ser un pasatiempo, como pintar acuarelas o algo relajante como leer, o darte una ducha sin prisa, o salir a dar un paseo a coger aire, sin más.
Incorporar estas actividades en tu vida puede ser una forma poderosa de recargar energías. El truco es estar con todo listo para esos momentos, así que dispón de todo lo que necesites para ese momento con antelación y colócalos en un sitio de fácil acceso, ¡y que no esté a la vista de los peques, por supuesto!
5) Tienes un millón de temas pendientes y sientes que no llegas a todo
Reenfócalo: Respira. Tiempo: 1 min.
Cómo: Tan pronto como esa sensación de agobio aparezca, para, haz una pausa y respira. La respiración profunda consigue reducir la ansiedad y la tensión y llevar más oxígeno a tu cerebro, ayudándote a tomar mejores decisiones. Inhala mientras cuentas hasta cuatro, mantén la respiración mientras cuentas hasta seis y exhala mientras cuentas hasta ocho. Te ayudará a despejarte y te revitalizará.
6) Te levantas con un humor de perros, sin explicación alguna.
Dale la vuelta: Ese día cuídate más que nunca. Tiempo: 25 min.
Cómo: haz algo bueno por ti mismo ese día, incluso si es lo último que te apetece hacer. Cuanto peor nos sentimos, menos queremos cuidarnos, pero hacerlo mejorará tu estado de ánimo. Prueba pequeños actos, como tomar una ducha más larga de lo normal, prepararte un café rico y disfrutarlo con tiempo, decir no a algo que no quieres hacer o leer un libro por unos minutos.
7) Tienes la reunión semanal con esa persona del equipo que siempre critica tus (buenas) ideas
Reformula el guion: Busca un mantra y repítetelo mentalmente. Tiempo: 5 segundos
Cómo: sentirse juzgado, ya sea por un colega o un miembro de la familia, es fácil de tomar como algo personal y puede ponerte de mal humor rápidamente.
Para volver a tener una mentalidad más feliz (en lugar de dejar que la reunión arruine tu día de trabajo), repite un mantra que te ayudará a mantenerte en el estado de ánimo correcto y mantener tu confianza acerca de lo que estás diciendo. Por ejemplo, puedes intentar algo así como «ambos tenemos nuestra propia forma de abordar la situación, y eso está bien» o «tengo ideas diferentes, y son igualmente dignas de ser escuchadas».
8) Tuviste un mal día y ahora tu mente está corriendo a mil por hora, así que no puedes dormir
Relax: Prueba con una meditación. Tiempo: 15min
Cómo: Si reflexionar sobre un mal día es un hábito cada noche que intentas conciliar el sueño, tener una estrategia de relajación en el bolsillo te ayudará enormemente. ¿La meditación no es lo tuyo? crea una lista de reproducción de melodías relajantes, especialmente aquellas vinculadas a recuerdos positivos. También puedes encontrar en los siguientes capítulos del podcast “Demasiado ruido y pocas nueces”
Todas estos temas y algunos más serán los que trataremos durante el fin de semana de desconexión que tendrá lugar desde el 23 de septiembre al 25 y que ya quedan pocas plazas! Así que no te quedes sin la tuya! cualquier duda sobre ese fin de semana puedes preguntarme sin problema!
Las fotos utilizadas en este post, son del viaje de buceo que hice a Maldivas a principios del año 2021, donde yo pensaba que bucear con tiburones era un escenario incómodo, hasta que me vi rodeada de ellos y la adrenalina se activo a mil por hora. Celebrando con una foto al final de esa inmersión por la experiencia vivida. Toda una experiencia!
Autora del post: Ana Hernández